Por primera vez, Brooke Shields confesó abiertamente que sufrió una violación mientras se encontraba en la cima de la fama y el dinero en Hollywood. Así, reveló en el Festival de Cine Sundance 57 que tuvo que fortalecerse por sí misma mientras quería olvidarse del suceso que cambió su vida.
“Quería borrarlo todo de mi mente y de mi cuerpo y seguir por el camino que llevaba. El sistema no había venido a ayudarme ni una sola vez”, declaró la estadounidense.
Los perturbadores secretos de Hollywood no dejan de salir, por lo que en esta ocasión, fue el turno de Shields, junto a su nuevo documental Pretty Baby, en donde contará su propia verdad durante su ascensión como una de las actrices más cotizadas de la industria en los años 80’s.
El nombre del nuevo documental de Brooke está inspirado en la primera cinta en la que se le catalogó como ‘sex symbol’. La protagonista de Pretty Baby fue sexualizada desde su pubertad, besando Keith Carradine (quien tenía 29 años en esa época) y apareciendo en escenas de sexo y desnudos con Amor Eterno y la Laguna Azul desde los 15 años.
Luego de que se graduara de la Universidad de Princeton, la artista asistió a una cena para hablar sobre propuestas de trabajo en proyectos cinematográficos. Según Entertainment Weekly, quedó de verse con un hombre al que no confirmó su identidad; sin embargo, dejó de lado la charla del trabajo y la invitó a subir a su habitación, con la excusa de que él se encargaría de llamar un taxi para que la lleve a casa.
Acto seguido, Brooke accedió y esperó al hombre: «Era tan confiada”.
En su espera, se entretuvo viendo por la ventana con unos binoculares. Mientras observaba a personas jugando voleibol, el hombre inesperadamente salió desnudo y se ‘lanzó’ contra ella: «Cuando bajé los binoculares, ya lo tenía encima”.
La actriz relata que se quedó “paralizada”, pues temía que la golpeara:
“Tenía miedo de que me asfixiara, así que no luché tanto. No lo hice. Me quedé totalmente paralizada. Pensé que con un ‘No’ habría bastado y me repetía: ‘Tengo que salir de aquí viva’ y me callé. Dios sabe que sabía cómo disociarme de mi cuerpo. Había practicado eso.Bajé en el ascensor y tomé mi propio taxi. Lloré todo el camino hasta el apartamento de mi amiga”.
Al cabo de los años, Brooke Shields no estaba dispuesta a creer que lo que había sucedido era una violación, hasta que el especialista en seguridad, Gavin de Becker la hizo entrar en razón y le aseguró que era una agresión sexual severa.